Eleggua es el dueño de los caminos y el destino, es el que abre o cierra el camino a la felicidad. Es muy travieso. Su nombre significa el mensajero príncipe.
Elegua es el portero de todos los caminos, del monte y la sabana, es el primero de los cuatro guerreros junto a Ogun, Osun y Ochosi. Tiene 21 caminos y sus colores son el rojo y el negro. Es valido aclarar que Elegua es conocido como el de los 201 y los 401 pues se mueve entre los angeles que están a la derecha (los 401) y los que están a la izquierda (los 201). Tiene el poder sobre ambos lados, controla los reinos del mal y del bien, el crea el balance entre las dos fuerzas a la vez que tiene dominio sobre ellas.
Muy notable es la coincidencia en los distintos panteones de la cultura global la existencia de una deidad que siempre recibe las ofrendas primero que el resto de las deidades. Deidad muy dada a hacer trampas. Deidad que comanda ejércitos. Deidad favorecida por el Dios superior de cada Panteón. Como ejemplo Ganesh en la religion Hindu representado con una cabeza de elefante o en la zona nórdica de europa Loki.
En uno de sus caminos fue hijo de Okuboro y Añagui, reyes de la región de Egbá y en otro de Obatalá y Yembo, hermano de Dada, Oggun, Osun y Oshosi.
A Eleggua se le ofrenda pescado y jutía ahumada, maíz tostado, coco,, manteca de corojo, aguardiente, tabaco, dulces y caramelos de todo tipo. Sus elekes son de cuentas rojas y negras alternadas.
Se le inmolan chivos mamones, gallos, pollos, pollitos, jutías, ratones negros o rojos y en ocasiones que amerite, otros animales que conlleva ceremoniales más complejos. Furibundo con sus descendientes al saber que Oggún había querido tener relaciones sexuales con su propia madre, Obatalá ordenó ejecutar a todos los varones.
Cuando nació Shangó, Eleggua (su hermano) se lo llevó escondido a su hermana mayor, Dadá, para que lo criara. Al poco tiempo nació Orula, el otro hermano, Eleggua, también temeroso de la ira de Obatalá, lo enterró al pie de la ceiba y le llevaba comida todos los días. El tiempo transcurrió y un buen día Obatalá cayó enfermo. Eleggua buscó rápido a Shangó para que lo curara. Luego de que el gran médico Shangó curó a su padre, Elegguá aprovechó la ocasión para implorar de Obatalá el perdón de Orula.
Obatalá accedió y concedió el perdón. Shangó lleno de gozo cortó la ceiba y de ella labró un hermoso tablero y junto con él le dio a su hermano Orunmila el don de la adivinación. Desde entonces Orunmila dice: “Maferefum (bendición) Eleggua, maferefum Shangó, Elegbara”. También por la misma razón el ékuele de Orunmila lleva en la cadeneta un fragmento del collar de Shangó (blanco y rojo) por una punta. Desde entonces Orunmila es el adivinador del futuro como interprete del oráculo de Ifá, dueño del tablero y consejero de los hombres.